domingo, 22 de diciembre de 2013

Roscos de Vino y mantecados "nevaditos".




¡Hola "desastritos"!

Hoy la tarde ha sido culinaria y he aprovechado para hacer algo de repostería navideña, para casa y también para regalar. He hecho unos "nevaditos" del estilo de los de la marca Reglero y unos roscos de vino que están para chuparse los dedos. 

Las recetas son de la página de Ana Sevilla y esta vez con Thermomix, porque mi maquinita ha vuelto a mi vida!!! Así que a partir de ahora muchas recetas serán para la Thermomix.

Aquí tenéis la receta de los Nevaditos y aquí la de los Roscos de Vino. Son una delicia y muy fáciles de preparar. Además en la misma receta os viene el enlace para poder hacerlas sin usar la maquinita, al modo tradicional de toda la vida.

Hoy os voy a poner cómo he hecho yo los Roscos de Vino:

¿Qué necesitamos?

-200 gr. azúcar, 100 para la masa y otros 100 para rebozar.
-50 gr. almendra tostada o frita, yo las puse un ratito en la sarten, sin aceite y sin para de remover hasta que cogieron color tostado.
-70 gr. aceite oliva.
-15 gr. semillas de ajonjolí o sésamo.
-70 gr. de vino dulce.
-15 gr. de anís seco o dulce. Yo he usado Marie Brizard.
-50 gr. de manteca de cerdo fría.
-370 gr. harina.
- Una pizca de sal y un poco de canela molida.


Primero ponemos a precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo. Al mismo tiempo en la Thermomix hacemos el azúcar glass poniendo los 200 gramos y pulverizando durante 10 segundos a velocidad 10. La sacamos del vaso y reservamos. Si no tenemos tostadas las almendras las ponemos en un momento al fuego en una sartén sin aceite ni nada, les damos unas vueltas sin para de removerlas para que no se quemen y cuando veamos que cogen colorcito las apartamos.

No hace falta lavar el vaso en toda la receta. Ahora picamos las almendras durante 8 segundos a velocidad 5. En la receta pone velocidad 4, pero a mi me gusta que los trozos sean más pequeños, incluso que algunos ni se noten.
Las almendras también las reservamos en un bol aparte. 

Ahora ponemos en el vaso el aceite y las semillas de sésamo y las calentamos durante 3 minutos, 100º a velocidad cuchara. Añadimos el resto de los ingredientes en este orden: vino dulce, anís, manteca, 100 gr. del azúcar, harina, sal, canela y las almendras picadas. Programamos 1 min. a velocidad Espiga.

Sacamos la masa del vaso, la apretamos bien formando una bola que pondremos entre dos trozos de film transparente para estirarla mejor con el rodillo, la estiramos despacito y con cuidado hasta dejarla de 1 cm. más o menos y empezamos a cortar los roscos. Usaremos un cortapastas redondo o, como yo en este caso, el cubilete de la Thermomix. Para el agujerito del centro he usado la boquilla de una manga pastelera, pero os puede valer cualquier cosa que tenga un tamaño adecuado. 

Colocamos los roscos sobre papel de hornear o en una bandeja de horno untada con un poco de aceite. No hay necesidad de separarlos demasiado porque no crecen. Con los recortes que os van quedando volvéis a hacer una bola, estirar y cortar de nuevo hasta que acabemos con toda la masa. 

Horneamos unos 12 minutos, los sacamos y antes de que se enfríen los rebozamos en el azúcar glas que nos ha quedado.

Y hasta aquí esta rica receta navideña donde las haya. Un regalo perfecto y una tentación de lo más dulce.

No he podido hacer foto del paso a paso pero la verdad es que si entráis en la página de Ana está muy bien detallado en las fotos. 

La receta de los Nevaditos la pondré otro día, aunque he hecho pocas variaciones a la original. Ahora no puedo olvidarme de lo que toca, desearos unas felices fiestas y que las paséis de la mejor manera posible.

Muchos besos para todos y ¡FELIZ NAVIDAD, DESASTRITOS!

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Calamares con salsa americana


¡Hola desastritos! 


Hoy os traigo una receta muy sencilla y rica sacada de un blog de Ana Sevilla (la chica de la que ya os he hablado con las recetas de Thermomix) pero que tiene ella dedicado a la cocina de forma tradicional. El blog se llama Los Fogones de Ana Sevilla y tiene unas recetas estupendas, del día a día y súper sencillas de preparar. Os lo recomiendo al 100%.

Bueno, vamos con la receta, la original a modo tradicional de Ana es esta, pero yo la he hecho como siempre, a mi manera con algunos cambios. 

Tengo que reconocer que hace un tiempo la hice con Thermomix pero saqué la receta de otra página estupenda y que también sigo mucho, la página de otro genio de la cocina, Rosa Ardá, que pone todo su esfuerzo y dedicación en la web Velocidad Cuchara. La receta de VC, con Thermomix, es esta.


Yo la hice de esta forma:

Ingredientes:

-Una bolsa de 1 kg. de calamares o pota en anillas.
-Una cebolla mediana entera.
-3 dientes ajo.
-Aceite para sofreir.
-Un chorrito moderado de coñac o brandy.
-Un vaso de los de agua, sin llenar del todo, de vino blanco.
-Un vaso de tomate frito.
-Un poco de pimienta negra y otro de pimienta blanca.
-Una hoja de laurel.
-Sal y perejil picado.

Preparación:

Primero corté los calamares o potas en trozos o anillas, los lavé bien y los sequé con papel de cocina.

Después piqué muy pequeña la cebolla, como siempre, ayudándome de la picadora de Tupperware que ya os presenté. La pusé a sofreir en una olla con el aceite hasta que se puso blanda. 

Una vez pochada la cebolla añadí los calamares y los sofreí a fuego medio unos 10 minutos hasta que soltaron el líquido.



Le puse el coñac y el vino y lo herví para que se evaporase el alcohol. Una vez hervido un ratito añadí el tomate frito, las pimientas, el laurel, la sal y el perejil picado. Todo esto lo dejé cocer tapado, a fuego medio o bajo durante unos 20 ó 25 minutos, comprobando que estén tiernos, si no es así se dejan un poco más.



Estos calamares se pueden servir con patatas o arroz blanco, pero como la salsita está tan rica a mi personalmente me gusta más con arroz, para poder mezclarlo con la salsa. Como veis en la receta yo no le puse mucho picante para que fuera un plato apto para todos los públicos, pero si os gusta el picante se recomienda añadirle junto a las pimientas un poco de cayena molida.


Os aclaro que las fotos en los que los calamares están en anillas son de cuando los hice con Thermomix, mientras que los de modo tradicional esta vez los corté en trozos para "engañar" a un pequeñajo de 7 años que es un poco especial con la comida, así le dijimos que era pescado, pero no de qué tipo.


Bueno "desastritos, aquí os dejo una idea más para que nunca tengáis excusa para no cocinar. La cocina distrae, levanta el ánimo y encima da gusto comer las cosas que una misma prepara. Ya sabeis, no dejeis de cocinar y sobre todo, no me dejéis de leer.

Muchos besos y ¡ánimo, mis desastres!

domingo, 17 de noviembre de 2013

Las croquetas caseras de mi madre


La entrada de hoy tiene una dueña indiscutible, mi madre, porque esta receta de croquetas es suya. Ella las ha hecho desde siempre y ahora que estoy lejos las echaba mucho de menos, así que papel en mano para que me dijera la receta y puchero en la olla para tener carne de pechuga de pollo.

Estas croquetas son de lo más sencillo y más ricas que ningunas, se hacen con la pechuga de pollo del puchero, una forma de ahorrar aprovechando todo.

Lo primero que hay que tener, por lo tanto, es una pechuga de pollo entera del pollo que le habremos echado a nuestro puchero de toda la vida, que otro día os diré cómo lo hago yo. Además necesitamos estas cositas:

- 1 pechuga de pollo entera del puchero desmenuzada o picada muy pequeñita.
- 1 cebolla entera más bien grande y muy picadita.
- Aceite para pochar la cebolla y sal.
- Leche.
- Nuez moscada.
- Harina.
- Huevo y pan rallado para rebozar.

La carne desmenuzada.
Lo primero que haremos será picar muy pequeñita la cebolla entera. Para picarla de la forma más rápida, limpia y sencilla he usado la picadora de la marca Tupperware  que os enseñé en la entrada anterior, y ha quedado estupenda, muy pequeñita para que luego no se noten los trozos en la masa final.

Esta picada la ponemos en una sartén con el fondo cubierto de aceite, le echamos sal y la sofreímos a fuego medio hasta que esté pochada.

La cebolla pochando.
Cuando la cebolla esté blandita (hay que tener cuidado que no se queme porque amargará) se le añade la carne que tendremos desmenuzada de antemano y se le dan un par de vueltas para que se mezcle con la cebolla. No se debe freir la carne porque se pondrá dura así que solo mezclarla. 

La carne mezclada con la cebolla.

Acto seguido se le añade leche hasta cubrir nuestra mezcla de cebolla y carne. A mi me ha admitido casi un litro, pero eso tenéis que calcularlo a ojo, tiene que quedar bien cubierta la mezcla, como se ve en la foto.

Al mismo tiempo se le echa un poco de nuez moscada, no seáis tacaños con esta especia que es lo que le dará a nuestras croquetas el toque especial y un sabor de lo mejor.

Ya con la leche cubriendo la mezcla.
Ahora se lleva a ebullición y cuando la leche rompe a hervir se le añaden unas 5 o 6 cucharadas de harina de trigo y removemos para que no se formen grumos. A mi me ha admitido al final 7, ya que al ir hirviendo si vemos que va a quedar líquida la masa podemos ir añadiendo un poco más, pero sin pasarnos para que no sepa demasiado a harina. La idea es formar una bechamel espesa que poco a poco irá tomando más consistencia.


La masa con la harina.

Ahora lo dejaremos hervir sin dejar de remover con una espátula de madera. Conforme va hirviendo se va espesando la masa hasta que veamos que casi ha perdido todo el líquido y nos cuesta trabajo remover. Más o menos quedará así:



Cuando tenga el punto de espesor que queremos la apartamos del fuego. Tened en cuenta que cuanto más espesa y consistente nos quede más fácil no será luego trabajarla.

Ahora tenemos que poner la mezcla en un recipiente y taparla muy bien con film transparente. Este film tiene que quedar pegado a la masa para que no críe costra.

La dejamos enfriar para poder trabajarla. Tiene que reposar varias horas, y si es de un día para el siguiente mucho mejor, aunque en este caso mejor dejarla reposar dentro del frigo.

Aquí vemos la masa ya lista.

Y aquí ya tapada con el film, así debe quedar.
Ahora llega el momento de hacer las croquetas.

Tenemos que preparar en un plato huevo batido y en otro pan rallado. Con una cuchara vamos cogiendo porciones de la masa y con las manos bien lavadas vamos formando unas bolas pero le damos forma alargada.

El tamaño depende de vuestro gusto, yo nunca las hago muy grandes porque luego resultan más fáciles de comer, pero como digo, a vuestro gusto.


Este proceso es muy entretenido y un poco largo, pero de lo más sencillo y por qué no, entretenido. Las vamos colocando en una bandeja para que no se peguen unas a otras.

Una vez tengamos listas todas las croquetas podemos freír las que vayamos a comer y el resto congelarlas así tal cual, a la hora de sacar y freír quedan muy bien y no suele hacer falta descongelarlas antes, simplemente del congelador a la freidora o sartén. Sólo hay que tener cuidado de que el aceite esté bien caliente.

Croquetas antes de freír.
A mi con la pechuga entera de un pollo grandecito me han salido muchas, tengo para un montón de cenas.
Hoy hemos tomado estas, que las había dejado sin congelar.


Y el resultado ha sido este, crujientes por fuera y muy tiernas y cremosas por dentro. Además por dentro son todo carne así que ya os podéis imaginar qué ricas.

Croquetas de puchero de mi madre.
Bueno "desastritos", esta es mi receta de hoy, de aprovechamiento y super rica, sencilla y económica. Además va para ella, para el pilar de mi vida y la mejor madre del mundo (para mi, eh!).

Para vosotros muchos besos y ya sabéis, a cocinar se ha dicho mis desastres!




lunes, 14 de octubre de 2013

Arroz "colorao"

Hoy quiero presentaros una receta de arroz que me he sacado de la manga esta mañana. Sí, me la he ido inventando sobre la marcha y el resultado ha sido espectacular, un sabor riquísimo y un olorcito de lo mejor.


Empezamos con los ingredientes que vamos a necesitar:

- Carne de magro de cerdo a trocitos muy pequeños.
- Media cebolla y un pimiento picados muy, muy finos, 2 ó 3 dientes de ajo también muy picados y un tomate pelado y sin pepitas que también cortaremos en trocitos pequeños.
- 1 vaso de arroz.
- Una pizca de comino, sal y pimienta negra molida, una pizca de orégano y una pastilla de caldo de carne.
- Dos cucharadas de tomate frito.
- Dos o tres vasos de agua.
- Un poco de pimentón dulce.

En esta foto podéis ver cómo pico las verduras y la carne, para que os hagáis una idea del tamaño. El hecho de picarlas así es para que el sofrito quede bien integrado, sin que nos encontremos más tropezones que la carne.


Para la cebolla, el pimiento y el ajo he contado con la ayuda de una picadora de la marca Tupperware que es una verdadera maravilla, pones las verduras en trozos dentro, tapas y tiras de la cuerdecita que hace girar las cuchillas a toda velocidad. Cuanto más le des, más pequeños serán los trocitos. Es esta de las fotos:


Empezamos pochando en un poco de aceite la cebolla, el ajo y el pimiento hasta que las verduras se ablanden y se integren unas con otras.


Cuando calculemos que ya están listas le añadimos la carne y la rehogamos un poco para que vaya cogiendo color, echamos el tomate natural picado y pelado, las dos cucharadas de tomate frito, la sal, las especias y la pastilla de caldo de carne. 


Sofreímos un rato para que vaya regastando el caldo que ha ido soltando hasta que veamos que la carne está cocinada y se regaste el caldo.


Añadimos el arroz, el agua y un poco de pimentón para que realce más el color rojizo que le ha dado el nombre a la receta.


Después de dejar regastar el caldo y añadir más agua si es necesario para que el arroz quede en su punto, lo apartamos y dejamos reposar un rato hasta que absorba todo el líquido.


Una vez cocinado sólo tenemos que pasar nuestro arroz a una fuente y servirlo en la mesa. Ahora a disfrutar del mejor aroma y sabor. Todo un descubrimiento para mi y los míos, sin duda. Está claro que esta receta la repetiré bastante en casa.


Bueno, con esta tenéis que animaros, os la recomiendo al cien por cien. Espero que os guste y que os resulte sencilla de hacer.

Muchos besotes para tod@s y a cocinar, mis cocinillas!


sábado, 28 de septiembre de 2013

Pudin de aprovechamiento sabor limón y cobertura de queso

Aquí estoy de nuevo para enseñaros una de mis pifias culinarias y cómo sacar provecho de aquello que no nos sale demasiado bien.

El otro día quise hacer un bizcocho de yogur de limón, pero la receta pedía que blanquease los huevos con varilla eléctrica, que yo no tenía, así que intenté batirlos a mano, pero cuando el bizcocho salió del horno estaba duro como una piedra, no había subido prácticamente nada.

Un trocito de este bizcocho sí que nos comimos, bañado en leche condensada para que estuviese un poco más jugoso, pero pensé que aquello no estaba para comer más y se me ocurrió hacer con las sobras un pudin de aprovechamiento.

Este es el bizcocho recién salidito del horno, como veis, un poco plancha:


En fin, visto el desastre (por cierto, después de esto me he comprado unas varillas para mi batidora), me puse a hacer el pudin.

Para la receta desmigué lo que quedaba del bizcocho y lo eché al vaso de la batidora, le añadí unas 5 cucharadas de azúcar, 3 huevos y 1/2 litro de leche. Lo batí todo bien con la batidora, lo vertí en un molde (yo no puse caramelo porque no me gusta pero se puede caramelizar el molde antes) y al horno con él durante unos 40 minutos a 200 grados.

Así fue como quedó:


A este pastel tipo pudin se me ocurrió hacerle una cobertura de queso y nata. Para ello puse en un bol un brick de nata de montar, una cucharada de queso de untar y un poco de azucar glass y lo monté un buen rato con la varilla de la batidora, recién comprada.

Esta mezcla se la puse por encima cubriendo todo el pastel y lo adorné con fideos de colores y corazones de azúcar, simplemente por darle un toque de color, aunque he de reconocer que me encanta el crujidito de estas cosas, jejejeje.


Y aquí podéis ver el corte, que aunque no queda muy limpio porque chorrea un poco la cobertura, creo que tiene una pinta bastante apetitosa.


Y bueno, este fue el resultado de una pifia culinaria, un pudin con un saborcito muy rico a yogur de limón y una cobertura de queso cuyo resultado os sorprenderá.

Muchos besitos a tod@s y ¡¡a cocinar se ha dicho!!





jueves, 19 de septiembre de 2013

Chuletitas en salsa de cebolla

Hola de nuevo a todos mis cocinillas. Hoy os traigo una carne en salsa de lo más sencilla y rica, rica, rica. La carne es de cerdo, concretamente unas chuletas de cabeza que descongelé un día por error y tenía que guisar para poder volver a congelar.

En principio no sabía qué hacer con ellas, porque ese mismo día habíamos comido también chuletas, así que recordé la rica y fácil salsa de cebolla con la que acompañamos varios platos en casa, y pensé que estas chuletas debían estar ricas de esta forma.

Y sin más, me puse a ello. Lo primero que hice fue quitar los trocitos de hueso y el exceso de grasa a la carne y cortarlas en trocitos como los de la foto.


Acto seguido corté una cebolla mediana en trocitos muy pequeñitos, para que al pocharla se quedara casi deshecha. Además puse un diente de ajo muy picadito para que la salsa tuviera ese sabor tan especial que, a mi parecer, aportan el ajo y la cebolla sofritos. Puse esta picada en la sartén con el fondo cubierto de aceite y eché un poco de sal sobre ella. Todo esto al fuego hasta que quedó bien pochado.


Una vez lista la cebolla y el ajo puse sobre ella la carne y añadí un vaso de vino blanco, dos vasos de agua, una pizca de pimienta molida, una hoja de laurel, un poco de colorante en polvo y una pastilla de caldo de carne.


Todo esto se deja hervir para que la salsa vaya espesando. En caso de que vaya regastando el caldo y la carne aún no esté tierna se debe ir añadiendo agua durante la cocción, hasta que comprobemos que el punto de la carne es el adecuado. Yo tuve que añadir agua al menos dos veces más, pero el resultado es una salsa súper rica en la que es casi un pecado no mojar pan.


Como veis no tengo foto del resultado emplatado, pero es que como era para congelar pues lo metí en un recipiente y lo llevé al congelador, y como mi cabeza funciona de aquella manera, pues el día que nos lo comimos se me olvidó hacerle la foto. Pero bueno, os garantizo que estaba de rechupete y que vale la pena hacer esta receta tan sencilla y socorrida.

Esta misma salsa la hacemos en casa para las albóndigas o para filetes de pollo y les encanta a todos. Sólo hay que tener en cuenta que tanto para las albóndigas no hay que poner vino blanco, porque se desharían las bolas, tan sólo cubrirlas de agua. Además, como ya están cocinadas el tiempo de cocción es mucho menor, lo suficiente para que se forme la salsa. En el caso de que lo hagáis con filetes de pollo sí se puede poner un poco de vino, pero no tanto como aquí, con medio vasito bastaría.

Bueno, esta receta de hoy es de lo más sencilla así que no tenéis excusa para no hacerla. Y encima os perfumará toda la casa con su olorcito, eso os lo garantizo. 

Ya sabéis, a cocinar!!


viernes, 23 de agosto de 2013

Bizcocho de colacao para Víctor

Hola de nuevo!!

Aquí estoy de nuevo después de un tiempo sin internet para poder actualizar. Antes de nada quiero decir que a partir de ahora mis recetas serán sin Thermomix. El motivo es que me he mudado a vivir a Guillena, un pueblo de Sevilla, y en el que he comenzado mi vida en pareja junto al hombre más maravilloso del mundo (para mi, claro, jejejeje), así que a pesar de que mi madre siempre ha dicho que la thermo era mía, como ahora es verano y en mi casa les pirra el salmorejo de la Juani, no me dejan traérmela hasta otoño.

Bueno, vuelvo a la carga y lo hago con un bizcocho de colacao receta de nuestra amiga Ana Sevilla pero, por supuesto, "tuneado" por mi para adaptarse a lo que tenía a mano en ese momento.

El bizcocho en concreto es el de la foto, aunque la receta de Ana la podéis ver aquí.


Una tarde hace pocos días decidí hacer algo dulce para la merienda, ya que al hijo de mi pareja, que estaba con nosotros en casa, le gusta el dulce, así que me puse a buscar en internet una receta que pudiera hacer de forma rápida y sin tener que salir a comprar. Lo primero fue ir a una de mis páginas de referencia ahora que no tengo mi Juani, se trata del blog que tiene Ana Sevilla para adaptar sus recetas a la cocina tradicional, Los Fogones de Ana Sevilla, y una vez allí encontré este bizcocho que reunía todos los ingredientes que yo tenía por casa, bueno todos menos el yogur natural, que lo sustituí por uno de sabor plátano que le dió el toque especial. Me encanta la combinación del chocolate y el plátano.

Como os he dicho la receta la tenéis en su blog y en los enlaces que os he puesto, pero por si no os apetece entrar os la copio aquí.

Ingredientes:

-3 huevos
-200 gr. azúcar
-pizca sal
-65 gr. aceite girasol
-1 yogurt natural (o de cualquier sabor que os guste)
-210 gr. harina normal
-100 gr. colacao o nesquik
-1 sobre levadura tipo Royal
-80 gr. gotas chocolate
-azúcar glas espolvorear

Preparación:

1- Precalentar el horno a 250º. Sólo calor abajo.
2- Blanquear los huevos con el azúcar y pizca de sal con varillas unos minutos hasta que blanquee la mezcla.
3- Añadir el aceite y yogurt y mezclar unos segundos.
4- Agregar la harina, Colacao y levadura y mezclar hasta que no queden grumos. a continuación las gotas de chocolate y unir todo.
5- Molde engrasado y enharinado, bajar el horno a 180º, conectar calor arriba y abajo y hornear de 40 a 50 minutos. Pinchar con aguja, si sale limpia, ya está hecho.
Dejar enfriar bien antes de desmoldar y espolvorear con azúcar glas.

Ahora os dejo unas fotitos del mío a ver si se os antoja. Venga animáos a probarlo que os aseguro que se os hará la boca agua.




Besitos!!