domingo, 17 de noviembre de 2013

Las croquetas caseras de mi madre


La entrada de hoy tiene una dueña indiscutible, mi madre, porque esta receta de croquetas es suya. Ella las ha hecho desde siempre y ahora que estoy lejos las echaba mucho de menos, así que papel en mano para que me dijera la receta y puchero en la olla para tener carne de pechuga de pollo.

Estas croquetas son de lo más sencillo y más ricas que ningunas, se hacen con la pechuga de pollo del puchero, una forma de ahorrar aprovechando todo.

Lo primero que hay que tener, por lo tanto, es una pechuga de pollo entera del pollo que le habremos echado a nuestro puchero de toda la vida, que otro día os diré cómo lo hago yo. Además necesitamos estas cositas:

- 1 pechuga de pollo entera del puchero desmenuzada o picada muy pequeñita.
- 1 cebolla entera más bien grande y muy picadita.
- Aceite para pochar la cebolla y sal.
- Leche.
- Nuez moscada.
- Harina.
- Huevo y pan rallado para rebozar.

La carne desmenuzada.
Lo primero que haremos será picar muy pequeñita la cebolla entera. Para picarla de la forma más rápida, limpia y sencilla he usado la picadora de la marca Tupperware  que os enseñé en la entrada anterior, y ha quedado estupenda, muy pequeñita para que luego no se noten los trozos en la masa final.

Esta picada la ponemos en una sartén con el fondo cubierto de aceite, le echamos sal y la sofreímos a fuego medio hasta que esté pochada.

La cebolla pochando.
Cuando la cebolla esté blandita (hay que tener cuidado que no se queme porque amargará) se le añade la carne que tendremos desmenuzada de antemano y se le dan un par de vueltas para que se mezcle con la cebolla. No se debe freir la carne porque se pondrá dura así que solo mezclarla. 

La carne mezclada con la cebolla.

Acto seguido se le añade leche hasta cubrir nuestra mezcla de cebolla y carne. A mi me ha admitido casi un litro, pero eso tenéis que calcularlo a ojo, tiene que quedar bien cubierta la mezcla, como se ve en la foto.

Al mismo tiempo se le echa un poco de nuez moscada, no seáis tacaños con esta especia que es lo que le dará a nuestras croquetas el toque especial y un sabor de lo mejor.

Ya con la leche cubriendo la mezcla.
Ahora se lleva a ebullición y cuando la leche rompe a hervir se le añaden unas 5 o 6 cucharadas de harina de trigo y removemos para que no se formen grumos. A mi me ha admitido al final 7, ya que al ir hirviendo si vemos que va a quedar líquida la masa podemos ir añadiendo un poco más, pero sin pasarnos para que no sepa demasiado a harina. La idea es formar una bechamel espesa que poco a poco irá tomando más consistencia.


La masa con la harina.

Ahora lo dejaremos hervir sin dejar de remover con una espátula de madera. Conforme va hirviendo se va espesando la masa hasta que veamos que casi ha perdido todo el líquido y nos cuesta trabajo remover. Más o menos quedará así:



Cuando tenga el punto de espesor que queremos la apartamos del fuego. Tened en cuenta que cuanto más espesa y consistente nos quede más fácil no será luego trabajarla.

Ahora tenemos que poner la mezcla en un recipiente y taparla muy bien con film transparente. Este film tiene que quedar pegado a la masa para que no críe costra.

La dejamos enfriar para poder trabajarla. Tiene que reposar varias horas, y si es de un día para el siguiente mucho mejor, aunque en este caso mejor dejarla reposar dentro del frigo.

Aquí vemos la masa ya lista.

Y aquí ya tapada con el film, así debe quedar.
Ahora llega el momento de hacer las croquetas.

Tenemos que preparar en un plato huevo batido y en otro pan rallado. Con una cuchara vamos cogiendo porciones de la masa y con las manos bien lavadas vamos formando unas bolas pero le damos forma alargada.

El tamaño depende de vuestro gusto, yo nunca las hago muy grandes porque luego resultan más fáciles de comer, pero como digo, a vuestro gusto.


Este proceso es muy entretenido y un poco largo, pero de lo más sencillo y por qué no, entretenido. Las vamos colocando en una bandeja para que no se peguen unas a otras.

Una vez tengamos listas todas las croquetas podemos freír las que vayamos a comer y el resto congelarlas así tal cual, a la hora de sacar y freír quedan muy bien y no suele hacer falta descongelarlas antes, simplemente del congelador a la freidora o sartén. Sólo hay que tener cuidado de que el aceite esté bien caliente.

Croquetas antes de freír.
A mi con la pechuga entera de un pollo grandecito me han salido muchas, tengo para un montón de cenas.
Hoy hemos tomado estas, que las había dejado sin congelar.


Y el resultado ha sido este, crujientes por fuera y muy tiernas y cremosas por dentro. Además por dentro son todo carne así que ya os podéis imaginar qué ricas.

Croquetas de puchero de mi madre.
Bueno "desastritos", esta es mi receta de hoy, de aprovechamiento y super rica, sencilla y económica. Además va para ella, para el pilar de mi vida y la mejor madre del mundo (para mi, eh!).

Para vosotros muchos besos y ya sabéis, a cocinar se ha dicho mis desastres!